Igual que el sastrecillo del cuento de los hermanos Grimm, el señor Zapatero cree salir victorioso de todas sus hazañas. El presidente del país más azotado por el paro de Europa no puede plantarse delante del responsable del FMI y decir que un parado es un trabajador "trabajando por su país". Esta es la gran aportación del señor Zapatero a la ciencia económica moderna. Que mire a la cara a las miles de familias que tienen a todos sus miembros desempleados y no cobran ningún tipo de prestación y les diga que si estudian están "trabajando por su país". ¿Y cómo pagamos la hipoteca o el recibo de la luz? Le responderán. Si tenemos al frente del gobierno a un señor que vive en una continua fábula no podremos ver la realidad que nos acucia y tomar las medidas necesarias. Para los trabajadores que tenemos que levantarnos todos los días, ni estudiar es lo mismo que trabajar ni esta crisis es un cuento.

Los trabajadores y las trabajadoras de las distintas instituciones públicas suelen recibir muchas críticas, muchas de las cuales son verdaderas, pero yo pienso que la mayoría hace bien su trabajo. Pasa como siempre, que una minoría de zánganos e incompetentes hacen el ruido suficiente y ensordecedor que nubla y anula la presencia muda de los que trabajan bien, y entre las personas que así lo hacen, están las que su esmero, dedicación y profesionalidad merecen una mención especial de sincero agradecimiento. Como es el caso de un cartero del que desconozco su nombre y de su sustituta en este verano, llamada Rosa, que trabajan en la oficina de La Casilla de Bilbao, ya que recibo con mucha frecuencia paquetería ordinaria, y si no hubiera sido por su celo en el trabajo bien hecho, mucha de ella en el periodo estival se habría perdido.