-¿Qué lleva en la bolsa?
-No es una bolsa, es la bota de vino.
-Pues la semana que viene, si la trae, no la mete. Órdenes de arriba.
Esta conversación tuvo lugar en una de las puertas de acceso a San Mamés entre un txapelgorri y el que suscribe. Y no tengo por qué dudar de la veracidad de las palabras del empleado del club, así que, voy a intentar explicar al señor presidente del mismo, Fernando García Macua, en unas breves líneas lo que significa la bota de vino en un encuentro de fútbol en San Mames:
A los partidos de la Catedral siempre se ha llevado la bota con el consiguiente bocadillo. Es un ingrediente dentro de la fiesta llamada fútbol, que incluye mucho más que el derecho a animar a nuestro Athletic previo pago de entrada o del correspondiente carné. Es, también, departir con el del asiento de al lado. Y si se da el caso, compartir la bota y hasta el bocadillo.
El señor presidente recordará, seguramente, los tiempos en que era un socio raso y cómo al termino del primer tiempo se retiraba el papel de periódico para que asomara aquel bocadillo tan preciado al que acompañaba esa bota que ahora al parecer se prohíbe. Es posible que hoy, en la antesala del palco, se lleve más lo del canapé y los combinados. ¿Qué diferencia hay? ¿Por qué no prohíbe también esos combinados?
Ya, el tema de la seguridad, dirá usted. Normas por el bien del club, dirá usted, que tratan de evitar problemas, dirá usted. ¿Pero ha visto usted a alguien arrojar al césped una bota de vino? Y mira que han pasado años (y botas) por San Mamés. Yo sí he visto tirar, monedas, mecheros... pero supongo que no prohibirá fumar, ni llevar monedero.
Prohibirme meter la bota de vino en un partido de futbol en San Mames es para mí como que le quiten a usted esa insignia del Athltic que enseña en la solapa de su chaqueta. No es un buen comienzo para quien pretende ser reelegido.