Las inundaciones producidas en Pakistán, India, China, etcétera, con un sinfín de muertos, desaparecidos y destrucción, es una auténtica tragedia por su magnitud y el nivel de pobreza de estos países. En cuanto a los incendios, ahora, en época estival, hemos visto cómo en Rusia y en su capital, Moscú, han sido un caos. Tampoco podemos olvidarnos de los incendios de Portugal. Lo que verdaderamente enerva es que existan pirómanos, negligentes que están causando daños incalculables, quemando hectáreas de terreno que cuestan vidas humanas (caso de Pontevedra). Es algo increíble, pero cierto.