Vuelve el interés por la política, ¿huimos?EFE
Hoy se celebra el aniversario de la Constitución española que sacralizaba Alfonso Ussía, pero ya no asistirá. Dicen que lo elegante con los finados es hablar solo de sus aspectos positivos: Ussía escribía bien.
Volviendo a la actualidad, estamos instalados en el interés por la política. Lo destacaba ayer el Sociómetro del Gobierno Vasco. Niveles de atención de hace 30 años. Una prevención: si el interés es por esa especie de telebasura de las tentaciones granhermanadas en la que han convertido la comunicación del pensamiento político algunos, empecemos a correr. La superficialidad, el maniqueísmo y la agresión al que piensa diferente de uno -o sencillamente piensa, a diferencia de uno- no es política. En su ausencia, consumimos sucedáneos.
Hablando de consumir, aviso desde ya de que no le voy a dedicar al boicot a Eurovisión ni un minuto más de lo que habría dedicado al festival. Es otro maniqueísmo: se van los que no quieren compartir espacio con la televisión hebrea porque pesan menos en las decisiones que quienes amenazaron con irse si se vetaba a Israel. Y, hasta aquí, el resumen para iniciados.
La gota que colma
Garamendi sí, pero tampoco
Queja de la CEOE. El presidente de la patronal española comparte diagnósticos con suerte desigual. Tiene razón cuando se queja de la unilateralidad del Ministerio de Yolanda Díaz a la hora de implantar medidas sociolaborales. De espaldas a la realidad del mercado y la economía se asumen iniciativas muy vistosas pero también muy aventuradas. Pero también ocurrió con la reforma laboral del PP, solo que en aquella ocasión la unilateralidad peinaba a favor. Y es cierto que hay un problema de absentismo laboral, pero agitar la sospecha generalizada es un error. Se pone uno malo, pero igual espero al viernes
Uno de los que amenazaron con irse pero se quedan es Alemania. Su Parlamento ha aprobado el servicio militar voluntario. Pero ojo, que si no hay suficientes que quieran, se les puede hacer querer. La mili no mola, pero puestos a gastar en Defensa, casi mejor pagar una salida profesional al que no tenga otra, que llenarle el bolsillo a la industria estadounidense.
En Extremadura, donde están de campaña, les preocupa más la nuclear. Quedarse sin Almaraz, en concreto, que llegó impuesta y ahora se irá sin preguntar. No acertamos. A Feijóo ya le ha dicho Abascal cómo hacerlo: quitar de en medio a la presidenta María Guardiola, que no le gusta a Vox. En plena campaña, ni pensar. Pero quizá la candidata del PP puede aprovechar que Pedro Sánchez hará campaña por allí y valorar conjuntamente lo de la mili voluntaria. Por lo que pueda venirles.