La Ertzaintza ha empezado a contarnos de dónde son los delincuentes y el debate está servido. Un principio tácito de no informar al respecto se ha ido desinflando en Europa y hoy varios lander alemanes o el Reino Unido lo hacen. No estigmatizar es fundamental, pero no dar la sensación de ocultación empieza a serlo ante los relatos criminalizadores del populismo de ultraderecha.
El consejero vasco de Interior, Bingen Zupiria, argumenta en ese sentido y es evidente que el criminal no lo es por ser extranjero, pero el desarraigo y la falta de medios ayudan, según sostienen las estadísticas. Pero tener que recordarlo ya es indicativo. El debate puede extenderse más allá del origen.
La gota que colma
Terroristas propios y ajenos
Ataques de colonos en Cisjordania . Yair Golan es un tipo con arrojo. El líder del opositor Partido Demócrata israelí denuncia una escalada de “terrorismo judío” tras un ataque de colonos hebreos a una mezquita en Cisjordania. En Israel, es el tipo de afirmación por la que pierdes relaciones familiares, si no te limpian el forro antes. La ONU le da la razón: 536 ataques contra personas y bienes palestinos en la franja oriental ocupada, perpetrados por colonos en el mes de octubre. Pero el Gobierno de Netanyahu solo arresta a terroristas árabes. Los pogromos son un crimen si uno los padece, no si los perpetra.
La fiscal superior del País Vasco, Carmen Adán, incidía esta semana en el aumento de delitos de los menores. A nadie se le ocurrirá que estaba criminalizando al colectivo, aunque a muchos ancianos seguro que les genera inseguridad un grupo de adolescentes ocupando “su parque”. La fiscal proponía medidas sociales y no punitivas para afrontar este perfil de delincuencia. Imagino que para el perfil del origen servirá igual.
Ahora bien, ¿nos hace mejores o peores conocer la procedencia del delincuente? Esto apela a la sinceridad individual. En nuestra profesión periodística hemos flirteado con el absurdo de aludir al origen solo si se trata de un ciudadano del Estado. Todo espacio sin luz es más manipulable. Y hay quienes lo usan en su beneficio usando generalizaciones. Eso sí que nos hace peores.
Casi monográfica ha quedado hoy la autopsia. Pero merece su hueco el Pleno sobre el Estado de la Comunidad de Navarra. María Chivite se mostró potente, agarrada a la estadística de bienestar y a la estabilidad de tener presupuestos. Esto último igual eriza algún pelillo en la nuca de otros gobiernos. Ah, y a la oposición le aclaró que no hay quien la tumbe, tras poner la mano en el fuego por la ausencia de corrupción en su entorno. Es, como poco, valiente a la vista de las piras que arden.