La meditación ya no asegura la paz interior. Su icono se nos ha caído de golpe: el líder espiritual del Templo Shaolin, donde nació la rama zen del budismo, parece ser más de acción que de contemplación, a juzgar por la investigación por corrupción que se sigue contra él y sus relaciones con varias mujeres que le han hecho padre de varios hijos. En Bilbao ya tuvimos a un presunto shaolin descuartizador y el actor David Carradine, que encarnó al más famoso de todos -Kung Fu-, murió asfixiado por auto estrangulamiento erótico. Pistas ya daban. Algunos contempladores no sé si ruegan, pero al mazo le dan a gusto.