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Bog@ndo por la red

Iranzu Calvo

Las cosas, por su nombre

Se da este verano un curioso fenómeno en nuestra geografía

Las cosas, por su nombreEP

Cultura antipolicial

Se da este verano un curioso fenómeno en nuestra geografía. Inflamados por la intensidad de la juventud, cabreados por la opresión de la sociedad que les lleva a purgar sus frustraciones con violencia y amparados por los alérgicos a los uniformes (salvo que accedan al puesto y cobren la primera nómina. Ahí parece apagarse tanto fuego interno), parte de la juventud parece empeñada en que miremos extrañados al calendario, preguntándonos si no estamos en 1980. “Cultura antipolicial”, lo llamaba el portavoz del PNV Joseba Díez Antxustegi, un odio a la Ertzaintza que siempre ha estado, pero que ahora disimulan menos.

Machismos

Vamos a ver si terminamos con la tontería y llamamos a las cosas por su nombre. Economía de lenguaje. La semana pasada dimitía una diputada del PP, Noelia Núñez, por falsear su currículum con una Licenciatura que ahora ha reconocido que no tiene. Ha sido criticada por ello, lo cual entra en lo que cabía esperar. Lo que está fuera de lugar es que el PP de Madrid ataque esas críticas diciendo que tienen “tufo machista”. Mira, no. No mezclen. Qué tendrá que ver. Aunque ya puestos, ¿No tenía tufo machista insinuar que Irene Montero llegó hasta donde está por ser pareja de quien es? ¿O sólo vale cuando es contra otros?

Si tiene razón… la tiene

El silencio con el que la comunidad internacional (la Unión Europea, en el caso que nos toca) mira a Gaza es insoportable. Los inútiles intentos de la diplomacia por frenar el genocidio dejan a las claras que, a estas alturas, Gaza necesita algo más que palabras. Y es difícil de entender esta inacción cuando sí existen las herramientas y parece más que lo que no hay son ganas de meterse en el marrón. Ione Belarra ha sugerido que Naciones Unidas envíe cascos azules a la Franja para frenar el genocidio y la hambruna (Europa Press). Y oiga, visto lo visto, no será tan mala idea.

Los caseros honrados

En esta sociedad de precios exorbitados, de picaresca, de dinero fácil y a costa del otro, hay un maravilloso fenómeno que merece ser comentado: el de los caseros “que ponen su piso por debajo del precio de mercado: “La inmobiliaria me llama todos los años para que suba el alquiler” (20 Minutos). Los casos de los llamados “caseros solidarios” (“Justos” sería mejor término, ¿no?) son escasos y sin apenas impacto en el mercado, pero sí en la vida de sus afortunados inquilinos. No todo está perdido, supongo. Sólo el pueblo salva al pueblo, cada día lo tengo más claro. Éste es sólo un ejemplo más.

Goodreads

Con el verano, benditas vacaciones, solemos tener más tiempo libre y cada uno busca en qué emplear esos preciosos momentos. Pasar más tiempo al aire libre, socializar, ponerse al día de la serie de turno o sumergirse en un buen libro. Si el caso es este último, déjeme hacerle una recomendación. Porque sí, la tecnología tiene cosas buenas y existe una app, Goodreads, donde puede introducir sus lecturas (pasadas, presentes y futuras) e ir actualizando el progreso, cumpliendo objetivos y, con la tontería, picarse a leer. Agregar amigos, ver qué leen y cómo progresan. Guay, ¿no? Soy una romántica, qué le voy a hacer.