NO es nuevo que a Donald Trump le estudiarán las generaciones futuras como paradigma de golpista de manual o como el primer emperador de la galaxia, en función del éxito que él obtenga y nosotros consintamos. Lo de California es otro ejemplo que se suma a la desobediencia a las resoluciones judiciales, al aplauso y agitación del asalto de una horda a las instituciones democráticas y del desmantelamiento de las reglas y servicios que buscan la equidad. Si el presidente decide enviar tropas a donde le dé la gana en su país, contra la voluntad de sus autoridades, ¿qué le queda por inventar? Este no necesita un art 155.
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