Hacen bien PSE y PSOE al darse por aludidos cuando el lehendakari recuerda que no existe política migratoria ni plan estructurado que la gestione. Agarrar ese rábano por las hojas de asociar a Pradales con el discurso antiinmigración, como pretenden voces significadas del socialismo vasco, es escapismo. Su fracaso es la incapacidad de diferenciar la respuesta humanitaria de la demográfica; la asistencial de la sostenible. Se rasgan las vestiduras los que dilatan y congelan el derecho de asilo desde el Gobierno español. El buenismo de las puertas abiertas sin políticas tras ellas condena a la irregularidad.