EL desafío viral revisionista de ver quién despotrica más contra la cesión del patrimonio incautado se revitalizó con la devolución de la sede comprada por el PNV para el Gobierno vasco en París y llega a los sindicatos, a los que sacan punta por haber recibido hasta 58 inmuebles en todo el Estado. En el argumentario cabreado no figura la apropiación del franquismo sino los “favores” a los receptores de lo que era suyo. Duda inocente –mentira–: la entrega del sector público que acometió el PP para crear gigantes económicos privados, ¿fue incautación o cesión del patrimonio colectivo?
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