Lo de Karla Sofía Gascón
Desde que internet domina el mundo, todo lo que se escribe en blogs y redes puede encumbrar a alguien al Olimpo y, acto seguido, tirarle del pedestal a pedradas. No era tan habitual que sucediera todo en la misma semana, pero la polémica con la actriz Karla Sofía Gascón es el mejor ejemplo. Tras su nominación a los Oscar, llegaron los parabienes hacia quien ha marcado un hito como primera actriz trans en ser nominada…y, acto seguido, le han sacado tweets a cada cual más vergonzante, bien cargaditos de racismo, que la han convertido en la apestada del momento. Ella solita se ha empañado el momento.
No todo vale
Lo de Karla Sofía Gascón nos recuerda que, aunque todos tenemos derecho a estar presentes en redes, no vale escribir cualquier cosa. Si decidimos hacerlo como si estuviéramos acodados en la barra del bar (con todo mi respeto a la hostelería), debemos atenernos a las consecuencias. El director de la película no quiere saber nada de ella, Netflix la ha apartado de la promoción y le han cancelado el libro que iba a publicar. Se quedaría a gusto escribiendo, pero dudo mucho que le hayan compensado los dichosos tweets. ¿Se puede expresar discrepancia o crítica? Por supuesto, pero no así.
No estás siendo cancelada
En un primer momento, la actriz se disculpó reconociendo que su forma de comunicar había sido su “defecto principal”, pero ha terminado por tirar del argumento facilón, la cultura de la cancelación: “Me quieren aplicar el cancel culture” lamenta mientras esgrime su transición: “Solamente busco la libertad de existir sin miedo y de seguir adelante con mi nueva vida”. Oiga, que nadie la critica por ser trans. El problema aquí es que la condición sexual no debe ser un escudo tras el cual esconder actitudes deplorables. Que se puede pertenecer a una minoría oprimida y, aún así, ser gilipollas, vaya.
Insuperable Verdeliss
La influencer navarra Estefanía Unzu, más conocida como Verdeliss, acaba de conseguir una meta titánica: Completar y vencer el World Marathon Challenge, siete maratones en siete días consecutivos en siete continentes. Una gran prueba física, mental y logística que, por alguna razón que ignoro, muchos se empeñan en empañar: Que si tiene dinero para poder prepararlo, que seguro que tiene quien cuide a sus 8 hijos mientras tanto, que mejor hubiera donado el dinero a la ciencia directamente…La cuestión es invalidar un logro que tiene como protagonista a una súper mujer y que, además, tiene fines solidarios. Qué hartazgo, de verdad.
Hombres hechos a sí mismos
Elon Musk, Donald Trump, Mark Zuckerberg…Son muchos los ejemplos de hombres de negocios exitosos y hechos a sí mismos. Nos venden que han llegado donde están por su talento y su esfuerzo y, si bien estos dos elementos están presentes, cuentan (y mucho) sus antecedentes familiares. Un estudio de Oxfam Intermón demuestra que la mayoría de esos “ultrarricos” no han empezado de cero, sino que han contado con significativas ventajas frente al común de los mortales. El problema es comprar el argumento de que cualquiera puede llegar ahí, y que todos tenemos las mismas oportunidades cuando día tras día vemos que no es así.