SÍ, alguien les puso detrás lo de inteligentes. A las bombas, digo, que no a quienes las usan. Y siguen, como siempre, aquí o en Gaza, matando inocentes. Las bombas y quienes las usan, digo. Sí, alguien le puso delante lo de inteligencia y se dedicó a recopilar información para planear operaciones. Militares, digo. Y siguen, como siempre, en Ucrania, Yemen o Siria, enviando muerte y a la muerte. A militares y civiles, digo. Los siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen, la ONG de alimentación humanitaria del chef José Andrés, no serán sus últimas víctimas. Sí, alguien tendría que quitar de detrás lo de racionales. A animales, digo.