HAY quien quiere reducir la importancia del 8 de marzo diciendo que los días de la mujer son todos. Como los de San Valentín, la madre o el padre. No. No es lo mismo. La celebración del 8 de marzo es eso, un día de celebración y de reivindicación que ha costado mucho (y sigue costando) conseguir y mantener. No hace tanto, nosotras no teníamos derecho al voto, en la dictadura franquista calificaban nuestra dedicación a la casa como sus quehaceres y éramos víctimas de una violencia sexual invisibilizada durante siglos. Eso, entre muchas cosas. Así que sí, gritemos Gora Martxoaren 8a!! Nos lo hemos ganado.