Hace unos días, la cocinera Eva Arguiñano, hermana de Karlos Arguiñano, se emocionó en un plató de televisión al recordar cómo su madre fue una de las supervivientes del bombardeo de Gernika. Ilustra a la perfección el dolor que todavía sienten quienes sufrieron aquel horror, extensivo a todos los estamentos que se vieron sometidos al yugo de la guerra y posterior dictadura franquista. Quien niega tal realidad o la rebaja porque el tiempo actual es de bienestar, no hace sino ahondar en su sufrimiento. La memoria que algunos pretenden recortar sirve como garantía de no repetición.