LOS centros educativos vascos deberán adoptar medidas pedagógicas para regular la presencia de los dispositivos móviles en las aulas. No se prohíbe, sino que se invita a que las direcciones se acerquen a las familias con consejos sobre el buen uso de esta tecnología u otras como pueden ser los relojes inteligentes. Artilugios que, por otra parte, cuestan un pastón y que son cada vez más presentes en niños y niñas de menos edad. El consejo está bien si está acompañado del sentido común y la coherencia. No tiene sentido que un menor de siete años lleve un teléfono a clase. No debería decirlo nadie, pero, como todo en la vida, habrá que aprenderlo.