Todo suena muy pretencioso en 12 líderes, el nuevo talent show de “la ETB2” según su presentadora, la navarra importada vía Madrid Helena Resano, que nombró así el canal, no se sabe muy bien si por un lapsus, acostumbrada al “la” de La Sexta, donde se ha pasado los tres últimos lustros (y sigue), o por ese deje extraño que practican los mismos que, curiosamente, nunca articulan “la TVE”.

El programa, que se emite en directo un sábado por la noche, no se sabe muy bien por qué, consiste en que doce personas con el ego por las nubes se presentan para ser el “líder de Euskadi”, signifique eso lo que signifique. El caso es que todo fue rocambolesco en su estreno. Había doce tipos y tipas, que podían estar en “la ETB” como en “la Telemadrid”, para quienes los responsables del programa ni siquiera pensaron doce pruebas, que suena muy cansado, idearon diez y a los dos últimos les encasquetaron una repetida y a otra cosa.

Muchos de los aspirantes a “liderar Euskadi” (ejem) demostraron que no siguen las noticias y no supieron identificar una de las frases más trilladas de la semana, la de José Coronado, pero tampoco otras cuantas. Qué más da, en este programa fallar significa pasar a la final si le caes bien al jurado de cuatro, encantado de conocerse, que lo mismo te regala el aprobado si fallas, que te manda a casa si aciertas. Ejem. 

Tras un montón de pruebas anodinas, pensadas -nos dijeron- para poner a prueba “la empatía, el liderazgo, el carisma, la fortaleza y la capacidad de comunicación” de la docena de aspirantes sin abuela, un par de conexiones con un influencer que le felicitó por el programa que dijo no estar viendo y una falsa llamada telefónica al azar (a ver si esta noche disimulan mejor), la cosa concluyó con un minidebate entre cuatro y un tiempo (minuto y medio por cabeza) tan ridículo que se esfumaba la mitad cada vez que hilaban una frase. Resano les reñía para que se administraran mejor el miserable tiempo, aunque ello solo sea posible debatir con insultos y sin argumentos, como debate la mayoría de tertulianos de la tele, por otra parte. Igual es la única lección acertada de todo el programa. Aunque también aquí, el jurado premió a quien el público en sus casas consideró peor y al revés. Se ve que la democracia es un mal invento que deja con el culo al aire a los que dicen ser los expertos.

Tras acabar aquello y saltar el copyright sin el “la” de ETB, apareció acto seguido, se lo juro, Julian Iantzi disfrazado de carnero, escondido entre un rebaño de ovejas de verdad. Es, al parecer, el nuevo concurso que le han dado para que siga en ETB tras fichar por TVE (de momento sin mucha audiencia), pero no puedo contar más porque, al verle vestido de teleñeco, en un acto reflejo apagué la tele. Yo solo me creo ya al Iantzi de las broncas, el borde y chulesco hasta cuando no tiene razón... el de verdad.