En el PP tienen una inquietante querencia por las peinetas. Sí, también las de sacarle el dedito a alguien, ese “gesto de significado obsceno y ofensivo”, como define la RAE. Hablo solo de las gestuales, claro; las otras, las reales, están a la orden del día. No todos los populares lo hacen, claro. Borja Sémper, por ejemplo, a quien la de su compañero Alfonso Fernández Mañueco no parece haberle gustado. Antes que el presidente de Castilla y León han hecho peinetas sonadas José María Aznar, Federico Trillo y Luis Bárcenas. Y por aquí la sacó a pasear Juan Carlos I, aún rey. Debe ser su respeto al populacho.