ES un fenómeno que se reproduce en casi todas partes: los sondeos mantienen un voto oculto que solo se revela en las urnas. Ahora, ha ocurrido en Brasil pero lo mismo ocurre con las derechas populistas de medio mundo. Es como si el votante zapador supiera en el fondo de su conciencia que su adhesión debe ser subterránea a una opcion sancionable en parámetros de equidad o legitimidad democrática pero se traga su vergüenza ante la urna. Los sondeos siempre inflan a los razonables y ocultan a los Bolsonaro y a los Trump del mundo. Pero acaban por aflorar.
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