Los niñatos que van pintando zetas deberían saber que también es la onomatopeya del sueño. Aunque las acompañen de hoces y martillos, como si el fascismo soviético, profundamente xenófobo y misógino, hubiese sido menos canalla que el nazi. O, peor aún, como si el hecho de que una nueva autocracia haya anidado en Rusia de la mano de un ex agente del KGB la convierta en el modelo a imitar. Cachorros desinformados pero muy activos; adalides de una revolución contra la democracia, que es rebelarse contra la voluntad popular. Zzzzz... lo que aburrís con tanta ignorancia.