Es complicado formarse criterio sobre la gestación subrogada sin escuchar a todas las partes. El afán de la maternidad o paternidad abandona su faceta emocional y cae en el debate pedestre sobre los medios de alcanzarla. ¿Estamos ante el derecho de la mujer gestante a decidir sobre el propio cuerpo o a su cosificación como mero contenedor de vida? Tiene tantas aristas que, por lo menos, habría que ser consecuentes. Si la ley española considera firmemente que es equiparable a la violencia contra la mujer debería perseguirla. Si no, su criminalización es una pose irresponsable.