UEDA un mes para que arranque y su mera mención ya le pone a cualquiera los pelos de punta. Les hablo, como habrán intuido, de la campaña de la Renta 2021 en Bizkaia que comenzará el lunes, 4 de abril, y se prolongará hasta el 30 de junio. Entre los pícaros defraudadores y los golfos apandadores (la diferencia radica en la cantidad que cada uno de ellos pretenda escaquear...), entre los justos de fin de mes, los justos en cálculos y matemáticas (tanta suma y tanta resta multiplican los nervios y parte en dos la esperanza de hacerlo bien...); aquellos que ya han invertido, junto a la almohada asesora, la justa devolución, y los justos que defienden, a pies juntillas, el cumplimiento de las leyes fiscales que nos gobiernan apenas queda a la que la declaración de la Renta le traiga al pairo. Queda un mes, les digo, y nos suena a muy poco. Esa justicia de la que les hablo es la que da miedo.

Cada año provoca un escalofrío, se presente como se presente. Tras la polémica del curso pasado, cuando Hacienda apostó por instaurar la declaración por teléfono e Internet -atendieron presencialmente 6.960 declaraciones, el 1 por ciento de las presentadas-, con el follón que se provocó en las hojas de cálculo, este año se quiere intensificar la atención en persona y se calculan que serán más de cien mil personas (no, no caigan en la tentación de añadir eso de "hijos de San Luis", que no corren buenos tiempos ni buena fama para los invasores...) a las que se escucharán de viva voz.

Para alcanzar esos registros se habilitarán diez oficinas por toda Bizkaia (en persona, se van a poder presentar en las oficinas de Balmaseda, Barakaldo, Basauri, Bermeo, Bilbao, Gernika, Getxo, Mungia, Durango y Portugalete) y reina la esperanza de que este año, con la pandemia en fase menguante, reine a su vez la paz. El miedo, insisto, no desaparecerá. Es de esperar que los problemas sí se desvanezcan.