ABLO Casado ha podido firmar su acta de defunción política. Ni Ma-quiavelo (padre de la ciencia política) ni Sun Tzu (El arte de la guerra) derramarían una sola lágrima. Ayuso tampoco habrá leído El Príncipe pero sabe bien que un ejército victorioso gana primero y entabla la batalla después y que hay que conocer al enemigo y a uno mismo para triunfar. La imagen de ayer en Génova lo dice todo, pero aún más la de Casado arrodillado y vencido con los barones del PP poniendo en cuestión su liderazgo. Nadie lo hace con el de Ayuso. La guerra ha terminado.