E he estado dando muchas vueltas a cómo empezar esta columna. Qué palabras escoger para no pasarme de rosca. Cómo dar este primer paso para acercarme hoy a ustedes sin caer en el insulto. Y finalmente, he decidido que lo mejor es confesar que, en las artes de juntar letras, hay veces que una no sabe ni qué poner para expresar desconcierto y vergüenza por hechos como la denuncia falsa de Vitoria-Gasteiz.

Diré, mejor, la presunta denuncia falsa, teniendo más respeto que la que ha tenido una joven de la capital alavesa que señaló a cuatro jóvenes de origen magrebí como culpables de una agresión que no se produjo. Según parece todo mentira, investigación policial abierta mediante y ya en manos de la justicia. Concentración de repulsa por lo (no) sucedido de sus vecinos y vecinas; reacciones institucionales a todos los niveles; cuestionamiento de la seguridad de Vitoria-Gasteiz; incluso -la guinda del pastel- una alusión de Vox, partido al que pertenece la falsamente agredida, a que el ataque se produjo no por su condición de mujer, sino por su vinculación política. Qué desfachatez. Una de las pupilas del mismo partido que siempre que puede saca a pasear que existen denuncias falsas en la violencia de género hoy protagoniza una. Qué indignación. Queda demostrado que, pese a todo, somos una sociedad crédula, que salimos a la calle para arropar a quien había sufrido semejante tropelía. "Es curioso que se le ataque a nuestra mujer en nuestras calles, y no se le robe, no se le agreda sexualmente, solo se le quiera dañar la cara y el grito sea fascista", decía Martínez hace una semana para sugerir que, encima, detrás de todo, lo que había es un delito de odio. Ayer silencio de Martinez. Silencio sobre silencio. ¿O silencio cómplice del que 'quien calla otorga'?. Esa es la extrema derecha en estado puro. Si no existe, me lo invento. Yo volveré a salir a la calle para rechazar cualquier agresión a una mujer. Porque la mayoría lo son. Real como la vida misma que más de cinco mil mujeres en Euskadi necesitan de protección de la Ertzaintza para protegerse de sus agresores. Y eso no lo puede ni rebatir Vox con sus argumentaciones falsas. Que lo son y muchas.