O es comprensible que en el Ejecutivo español haya dos gobiernos, por mucho que esté conformado por dos partidos. Una coalición no es eso, no es una antimatemática suma de dos. Falta claridad y sobra ambición de ganarle la partida al compañero, por mucho que se invoquen grandes principios programáticos. Y falta, sobre todo, lealtad, un principio que aparentemente no ha formado parte del acuerdo de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos. Parece una soka tira de principiantes. Y en estos casos siempre hay algunos que sueltan la cuerda...