ON la venia, señorías. Ustedes, componentes de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior vasco, han salido en (auto)defensa del magistrado Luis Garrido ante los "ataques personales" que -se intuye- ha sufrido. Si es así, reciba el juez toda mi solidaridad. Otra cosa es que sus señorías entiendan que ciertas críticas a sus decisiones no son "legítimas". Yo mismo escribí ayer en estas páginas una columna dura con Garrido. No un ataque. Creo que es mi obligación como ciudadano y periodista. No son ustedes intocables. No "deslegitimen" a los políticos y analistas que ejercen su trabajo.