ABEN las empresas eléctricas lo que no se cuenta en la calle: que el 20% de la electricidad que se consume en el Estado es nuclear, que la estrategia europea de reducción de emisiones incluye esas centrales y que la inversión en renovables para descabonizarnos sería de 200.000 millones de euros. De ellos, más de la mitad serían fondos públicos -o sea, impuestos- y el resto inversión privada a la que habrá que dar algún aliciente -el precio del MW/H-. Así que, cuando las empresas sugieren cerrar las nucleares de golpe saben que apuntan al bolsillo del Gobierno, que tendrá que decirnos que es el nuestro.