ESULTA palpable que el lehendakari Carlos Garaikoetxea ha querido alzar su autorizada voz como fundador de EA en un momento "complicado" para el partido, a punto de ser engullido definitivamente por EH Bildu. Hay en su argumento contra la "integración" -que no la cooperación- dos cuestiones básicas que marcan las diferencias entre ambas formaciones: la connivencia o no con la violencia y la defensa de la vida y los derechos humanos, y la abismal distancia entre el marxismo-castrismo con la socialdemocracia. De perogrullo pero de enjundia.