O acaba de haber el suficiente sentido de la legalidad y de la responsabilidad en la administración de las funciones públicas allí donde se impone una errónea percepción de que la retención de funciones es el sentido último del gobierno del Estado. En el Ministerio de Escrivá siguen sin entender que su prioridad no puede ser absorber esas funciones cuando la ley establece que deben ser transferidas a Euskadi. Jugar al regateo, a no hacer un sincero análisis de las condiciones y dotaciones de esa transferencia es más que un accidente y da motivos para sospechar de mala fe.