O parece que a Pablo Iglesias le vaya a bastar con imponer las manos a la ciudadanía madrileña para lograr su conversión. Ni siquiera los que se le desgajaron le quieren de vuelta y Más Madrid tiene una buena candidata que, además de partir con ventaja sobre Podemos, no está para que le hagan desandar el camino que lleva recorrido sin Iglesias. Así que, ahora que quedan en evidencia los faroles que había tras las últimas jugadas all in, el amado líder debería pensar qué pasará si su sola presencia no sirve para transformar en vino el caudal del Manzanares. ¿Podrá tragar tanta agua?