EMASIADO pronto, sin apenas haber podido aprovechar su nuevo estado de jubilación, se nos ha ido Xabier Agirre. Xabier lo ha sido todo en la política alavesa y también en el Partido Nacionalista Vasco. Militante arriesgado en la clandestinidad, burukide del EBB en los años duros de la transición y la escisión, presidente del Araba Buru Batzar, parlamentario en la Cámara Vasca, son algunos de los hitos de Xabier como abertzale todoterreno.

Pero no solo en el ámbito interno político, también en el institucional, Xabier ostentó la máxima representación de Araba, como diputado general, después de haber pasado igualmente por el Gobierno vasco como viceconsejero de Interior en los convulsos finales de los ochenta. Pocas personas en Euskadi habrán tenido tan dilatada dedicación política como él. Y tan variada. De ahí que le defina como un abertzale todoterreno.

Primero, abertzale. Xabier era un aber-tzale clásico, sin necesidad de adjetivos. Abertzale de corazón y de razón. Mamó su compromiso con la causa nacionalista en la clandestinidad, en aquellos duros años de represión del tardofranquismo. Y a pesar de todos los cantos de sirena que venían entonces desde ámbitos más revolucionarios, Xabier fue un militante antifranquista que tuvo claro que el futuro de Euskadi había que escribirlo desde la pluma del PNV. Abertzale todoterreno, sí, porque Xabier siempre ha estado dispuesto a decir a lo que le ha pedido nuestro partido, por encima de sus apetencias personales o de sus intereses. A lo largo de toda su larga y fructífera militancia ha demostrado su capacidad política y su tesón frente a las adversidades.

Recuerdo el complicado papel que le tocó jugar en el momento de la escisión, cuando fue designado portavoz del EBB, cargo que él, con su fina ironía, definía como portagritos. En aquellos años trabamos una amistad que ha pervivido hasta hoy.

Me gustaba su talante, su positividad y su capacidad de resistencia. Es la misma que ha tenido frente a esta dura enfermedad que se nos lo ha llevado demasiado pronto, demasiado rápido. Vamos a ser muchas y muchos los que le vamos a echar de menos. Su familia, por supuesto. Los paseos con Mari Paz en la ruta del románico de Llosa que nos hablaba los lunes en las comidas del EBB. Sus amigos, con los que recorría Euskadi para asistir a cualquier acto popular o para subir a Santa Teodosia a los famosos almuerzos de los domingos. Y le vamos a echar mucho de menos en el PNV, en su otra familia. En nuestro partido siempre tendrá un hueco destacado. En nuestra casa lo ha sido todo, porque él fue uno de los que contribuyó decisivamente a construir lo que hoy es el partido, desde Araba pero con una visión nacional siempre. Además de abertzale todoterreno, de alto representante institucional, Xabier siempre se reivindicó como dantzari, un dantzari fino para los que le pudimos ver en acción. Las habilidades y el trazo elegante de sus movimientos los proyectó también a su acción política.

Abertzale todoterreno, aurreskulari de la política, Euskadi y el PNV han perdido a uno de sus referentes políticos. Ez adiorik Xabier, egun haundirarte!

* Presidente del EBB del PNV