ÁRCENAS quiere que le pongan delante a los amigos de cuando tesoreaba en el PP. Su abogado pide un careo con Mariano Rajoy para mostrarle lo fuerte que es, aunque haya pasado el tiempo. A Mariano, en cambio, no le va el cara a cara. No le molaba cuando podía elegir a quién ponerse delante y optaba por aparecer en una pantalla de plasma. Así que ahora, que nada apunta que vaya a declarar sentado a la altura del Tribunal, sino un escalón más abajo, como los simples mortales, no quiere ni verle. Es el reflejo infantil de cerrar los ojos para que lo que no gusta, ya no esté. Ojos que no ven.