AY que reconocer que con la que ha caído es reconfortante que la derecha española y sus medios de comunicación afines monten un quilombo del trece por la carta de Olentzero en Leioa. Si el frente tiene ahora estas trincheras es por que hay poco que rascar y no podemos más que felicitarnos: el pedernal ha dejado de hacer saltar chispas espontáneamente y algunos están descolocados. Ya lo han reconocido, sin violencia, no hay proyecto. Triste conclusión, endeble estrategia. Ya se sabe que el carbonero adoctrina, mientras que los reyes magos, aunque cobran en negro parte del caldo, tienen el barniz de haber impulsado la democracia que les ha dado de comer durante medio siglo. El sendero está jalonado por las cruces de los que se han dejado la piel por la democracia, pero cuando se menta la burra que ha llevado el oro a Suiza, hay quien recuerda los servicios prestados por la corona, aunque el frutero nos vendía los melocotones el doble de caros y se guardaba en el bolsillo, muy lejos de Hacienda, la diferencia. El mayor argumento para acabar con una tradición es que esté desfasada. La primera premisa ya la teníamos, pero si además sumamos que se ha abusado del privilegio el escenario deja pocas dudas. Olentzero maitea, te lo pido en español para que lo entiendan si no puedes hacer nada, como me temo. Estas navidades solo te pido que les encuentres un trabajo que no les paguemos nosotros a esos pobres borbones. Ellos no lo van a buscar.
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