UNQUE lo sabemos desde hace mucho tiempo, por aquí también tenemos nuestros yihadistas, sean musulmanes o se llamen cristianos, dispuestos a guerras santas. Incluso si se llaman cristianos de base y populares y son sacerdotes o imanes. Un grupo de estas coordinadoras y asambleas de curas -los de siempre- hacen suyas las repugnantes palabras del expárroco de Lemoa que justificaban a ETA y hasta van más allá. Hoy, Día de la memoria, se hace difícil compartir memoria y prisma ético con esta infamia. Miles de cristianos vascos no comulgan con ellos.
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