A OCDE ha analizado los resultados desastrosos que arrojó el informe PISA de evaluación de capacidades de los estudiantes del Estado en 2018. Su conclusión es que, por zotes que parecieran a juzgar por sus resultados, lo anómalo fue el evidente boicot que practicó una minoría, pero cuyo efecto mediatizó el estudio. A algunos estudiantes no les gustaba que les evaluaran y tiraron de sarcasmo para bajar las medias. Podemos intuir que no serían los más cercanos al 10, pero no lo podemos afirmar. Se gesta una cultura de la galvana que se reivindica con eslóganes de felpudo sueco.