Lo mejor del debate electoral del lunes han sido los memes posteriores. Los engolados líderes nunca superarán a sus caricaturas digitales, nunca dirán algo que tenga mayor repercusión en los comentarios de la gente mientras se toma un café, que es el momento álgido, el prime time que buscan todos los asesores de imagen: “Dale aire a eso, que es lo que comenta la gente cuando se toma el café”. Pues lo que comenta la gente en ese momento crucial para el futuro del país, que se repite varias veces al día, todos los días del año, son los memes y no las memeces que dicen dos de cada tres veces los padres de la patria. Me viene a la cabeza la escena de La vida de Brian, de los Monty Python, cuando en plena comparecencia crucial para la historia de la Humanidad, Poncio Pilatos pregunta al pueblo a quién quiere que libere: “¡Suelta a Roger!”, le dicen; “De acuegdo. Entonces, soltagué a Gogeg!”; “Señor, no tenemos a ningún Roger”, le apunta un centurión, y la gente se hace cruces. Algo así ocurrió el lunes por la noche hasta bien entrada la madrugada; mientras los cinco perfectos prefectos se desgañitaban intentando impartir justicia para el pueblo (“Os doy otga opogtunidad, pego esta vez no me habléis ni de Gubén, ni de Gueginaldo, ni de Godolfo, ni de Gogelio ni de Guestituto”), éste se miccionaba encima con los memes que le saltaban al móvil. ¿Quién ganó el debate? Estoy en duda entre el Frente Popular de Judea, el Frente Judaico Popular, el Frente Popular del Pueblo Judaico...