SOSTIENE Pablo Casado que los procedimientos judiciales sobre disturbios de Barcelona deben centralizarse en la Audiencia Nacional y ser tratados como “terrorismo callejero”. Con este concepto justifica arrebatar la jurisdicción natural de juzgados y audiencias locales. Ocurrió con la kale borroka con los resultados de todos conocidos al identificar a sus autores con una acción connivente con ETA y sus estrategias. En el caso catalán, donde no hay organización criminal equivalente, se busca aplicar el derecho penal del enemigo donde hay predisposición a ello. Arrastrar a la presa a la cueva y devorarla sin estorbos.