SE hace cada vez más difícil explicar por qué Pedro Sánchez sigue sujetando al galgo de la conformación de acuerdos para las legislaturas que vienen. Ciudadanos se ha borrado pública y notoriamente como opción y su futuro ya solo es retratarse con las otras derechas o frustrar sus gobiernos -algo me dice que esto último no lo hará y el desencuentro que escenifica en Madrid es una cuestión de precio-. Así que, como ya va dejando caer Ábalos, el horizonte es el de los 175 escaños en el Congreso y los pactos autonómicos frente a la derecha. Pero aún falta para ver correr al can.