NO se trata de dudar si el independentismo catalán quería la independencia durante el procés. La quería y la quiere. Se dilucida si existe figura jurídica que sustituya a la política al contener a esta cuando desborda la legalidad vigente. Y va quedando claro que no la hay. Por eso, a la confabulación se le responde con fabulación -perdón por el ripio-. La Fiscalía sostiene que la mayoría parlamentaria y la Generalitat dieron un golpe de estado con violencia. A su relato solo le falta un líder militar viajando en avión para hacerse cargo del alzamiento. Un ‘Drac Ràpid’. Es un exceso.