ES un hecho, a la gente le escuece en lo más profundo que le tachen de racista. ¿Cuántas veces has oído una argumentación empezar con “yo no soy racista pero?”? En la universidad, creo que cuando estudiábamos esto de mediar en los conflictos y llevar a cabo negociaciones, un profesor dijo algo así como que todo lo que dijéramos después de un pero no servía para nada o quedaba anulado directamente. Quizás poniendo unos ejemplos lo veamos más claro. Si tu pareja te dice “yo te quiero pero?”, ¿alguien se queda con que le están diciendo que le quieren? No, probablemente, no. Si tu casero o casera te dice “yo entiendo tu situación... pero te voy a subir el alquiler”, te lo va a subir sí o sí, otra cosa es que eso suene mejor que “me la trae al pairo tu situación personal yo quiero más pasta”. Ese pero es una manera de ser políticamente correctas, de hacer nuestros discursos más discretos, aunque las ideas que vayan por debajo sean las mismas.

“La frase yo no soy racista pero...” es muchas veces el precedente que intenta minimizar o suavizar actitudes o afirmaciones racistas de un discurso. Es como si tuviéramos la necesidad de poner nuestra moral a salvo, como si diciendo esa frase primero tuviéramos la vía libre para decir cualquier cosa después y no sentirnos mal por ello, porque estamos siendo correctas. Yo no soy racista pero? esta gente roba, yo no soy racista pero? es que esta gente viene a delinquir, yo no soy racista pero? es que cobran muchas ayudas, yo no soy racista pero pero pero... ¿Os suena?

Nos lo tenemos que hacer mirar. Solo quiero que nos paremos a reflexionar ¿Desde dónde lanzo yo estas frases? ¿Tengo datos objetivos? ¿Qué sentimientos me genera todo esto y por qué me genera eso? ¿Cuál es mi necesidad real cuando suelto una frase de ese tipo? Vamos a dejarnos de formalidades y a traducir lo que realmente la gente está diciendo, pero no se atreve porque suena muy racista, en estas frases camufladas en el “yo no soy racista pero...” Lo que están diciendo es que piensan, sin ninguna fundamentación objetiva, que todo un colectivo de personas, procedentes del mismo país o de una misma comunidad, roban. Están pensando que las personas de esa comunidad tienen menos derecho que nosotras, “de aquí”, a cobrar una prestación económica; si no es así ¿por qué cuestionar que las cobren? ¿Por qué mencionar que cobran muchas ayudas? Hago un inciso para aportar un dato al respecto: entre los requisitos para solicitar la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) no hay ninguno específico para personas extranjeras, es decir, que cualquier persona que cumpla con los requisitos es susceptible de cobrarla, extranjera o no. Quisiera también mencionar que el “de aquí”, incluye a personas diversas, no solo a las blancas, lo menciono porque creo que a veces se nos olvida.

Hace ya unos días se armó un revuelo terrible a raíz de unas imágenes del barrio de San Francisco en Bilbao, en las que un grupo de jóvenes magrebíes era cacheado por la Ertzaintza contra una pared en hilera. La imagen que se ha movido por las redes sociales y medios de comunicación es muy impactante. Desde SOS Racismo Bizkaia se emitió una nota de prensa defendiendo los derechos de todas las personas y decir esto parece que escuece.

Nadie niega la delincuencia, nadie niega que haya droga y robos en el barrio. Hace unos días, eldiario.es mencionaba el incremento de un 5,5% de la delincuencia respecto al año pasado en el distrito de Ibaiondo, al que pertenece San Francisco; también mencionaban en este medio que Ibaiondo no era el distrito en el que más se había incrementado la delincuencia, siendo Abando y Rekalde, con un 7,7% y 8,9% respectivamente, los distritos en los que más aumentaba. Que haya delincuencia no debiera ser sinónimo de, como decíamos de peques, “caballito blanco” -curiosa y sutil manera de mostrar la supremacía blanca por cierto- para saltarnos la Declaración de los Derechos Humanos cuando nos venga en gana. Hacer redadas por perfil racial, redadas racistas, es ilegal; no lo dice SOS Racismo, lo dice el Consejo de Europa, quien ha recomendado al Estado español que cese estas prácticas por ilegales. Parar a una persona por la calle y pedirle la documentación porque es negra, magrebí, gitana? es una detención por perfil racial, estoy parando a alguien porque es extranjero, le estoy parando porque es diferente a mí, porque el ser diferente lo he asociado con delinquir y esto, estigmatizar, criminalizar, va en contra de los derechos de las personas, esto es racista. SOS Racismo Bizkaia no habla de ignorar el problema de la delincuencia, no pide que la Policía se vaya ni impide que haga su trabajo. Pide a la Policía que utilice criterios claros en las detenciones, que estos criterios no tengan que ver con perfiles raciales.

Todas queremos vivir con seguridad, caminar por la calle sin miedo a que nos roben o que nos violen. Ese miedo lo tenemos todas las personas a menudo, independientemente del barrio por el que caminemos. Yo por lo menos. Nadie, insisto, nadie, ha puesto en duda que la Policía tenga que hacer su trabajo, que es velar por la seguridad de todas las personas. Solo queremos y pedimos que ese trabajo se haga con criterio. Detener o identificar sin criterio, llevando a cabo prácticas racistas, nos pone en peligro como sociedad. Normalizar como ciudadanos y ciudadanas prácticas racistas, normalizar que en nuestras calles se lleven a cabo detenciones a grupos de chavales con los brazos contra la pared sin criterios claros es tremendo. Tremendo porque criminalizan a un colectivo y eso estigmatiza y justifica después el odio. Justifica también el diseño de políticas concretas, el diseño de las leyes... Este empeño por criminalizar a las personas extranjeras o de una comunidad concreta, como puede ser la comunidad gitana, es real, existe y es peligroso. El peligro no son ellas, el peligro está aquí, en las personas que diseñan las sociedades que conformamos. Y, en ese diseñar, que no se nos olvide que no por más Policía en las calles las cosas se resuelven, que es el acceso al bienestar de todas las personas diversas que conformamos la sociedad, nuestros barrios, el que es básico para que la delincuencia se reduzca.

Volviendo a apelar a la reflexión colectiva, pensemos que a quien le pica, ajos come. Que si nos revuelve que nos llamen racistas, puede que nos lo tengamos que mirar un poco, que todas tenemos un amigo gitano o una amiga extranjera pero?