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Calidad de vida, del éxito al reto

La constatación de que Euskadi está a la altura de los quince países con mejores condiciones y nivel de bienestar del mundo debe ser palanca para mejorar aún más mediante la cohesión social

LA constatación mediante datos fehacientes -es decir, no resultado de sondeos o encuestas- de que Euskadi se encuentra entre los quince países con mejores condiciones de vida debe orgullecer al conjunto de la ciudadanía vasca y a sus instituciones y, al mismo tiempo, debe suponer también la asunción de un gran desafío de futuro como sociedad. Un reto consistente en seguir mejorando todos los índices de desarrollo humano de manera sostenible en el conjunto de niveles para afrontar con garantías las nuevas realidades y los nuevos riesgos -que son muchos- inherentes a las complejas sociedades del siglo XXI. Según el estudio del Instituto Vasco de Estadística Eustat que ha medido el Índice de Desarrollo Humano tras la aplicación de la misma metodología del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y que clasifica a 189 países según su calidad de vida, la comunidad autónoma vasca se sitúa entre los puestos 13 y 14 del mundo, justo por debajo de Estados Unidos y algo por encima del Reino Unido. Un indicador que revela el buen nivel de bienestar de Euskadi, que se encuentra entre las naciones más desarrolladas en comparación con los países de nuestro entorno. Es revelador, a este respecto, que el Estado español se sitúa, según el índice de Naciones Unidas, en la posición 26. Pero si el índice global es positivo, lo es aún más que todos los componentes del mismo han mejorado en los últimos años. Así, la CAV ocupa el cuarto puesto del mundo en cuanto a esperanza de vida, el séptimo en años esperados de escolaridad y se sitúa inmediatamente delante de Alemania en renta nacional bruta per cápita. Una envidiable situación que debe convertirse en palanca para mejorar aún más en todos los niveles de bienestar. Casualmente, la difusión de este estudio coincide con la celebración, dentro de los actos celebrados con ocasión del centenario de Eusko Ikaskuntza, de un congreso sobre desarrollo socio-económico en el que diversos expertos debaten sobre los grandes retos que afronta Euskal Herria como sociedad y en el que se ha puesto de manifiesto la imperiosa necesidad de aumentar la cohesión social, fundamentalmente mediante la disminución de las desigualdades. En esta clave de futuro es como hay que entender los resultados de calidad de vida alcanzados por Euskadi y su indudable capacidad de mejora mediante la igualdad y la inclusión de los más desfavorecidos.