Turno de oficio
No son pocos lo clientes a los que, no siempre pero sí generalmente, la asistencia jurídica no les cuesta un euro (aunque se piensa colectivamente que el turno de oficio es lo mismo que la justicia gratuita, no es así). No solo no valoran, sino que incluso desprecian la profesionalidad y, sobre todo, abusan de la vocación (porque estar en el turno tiene mucho, pero que mucho de vocación) que lleva a dichos abogados, mis héroes, a hacer por el cliente muchas cosas fuera del asunto para el que ha sido designado, lo que en ocasiones se convierte en, como he comentado, abuso y actitudes de barra libre o me das la mano y te cojo el brazo, porque “... para eso eres mi abogado”. Los muchas veces denostados y maltratados abogados inscritos al turno de oficio se convierten en los psicólogos de cabecera a cualquier hora y día, en directores espirituales de los descartados, brújula para los desorientados de la vida, taca-taca de los desfallecidos, como tantos otros profesionales que llevados por su vocación se dan a los demás de forma tan excelsa que viven, hasta la extenuación física y psíquica, eso tan poco de moda pero tan hermoso como es la gratuidad, poniendo dentro de las lógicas limitaciones humanas, con errores, aceite y vino en las heridas de gente que vive en las periferias de la vida. Invito a una reflexión.