LA consolidación del escenario que ha venido después de la crisis económica ha hecho aflorar una percepción más positiva del fenómeno de la inmigración en nuestra sociedad alcanzando su valor más alto desde 2007. El papel de los inmigrantes como agentes de crecimiento económico y motores del empleo, sin embargo, sigue siendo opacado por cuestiones como la acaparación de ayudas sociales donde sigue abundando la percepción del abuso de las oportunidades del Estado del bienestar o la injusta correlación entre inmigración y seguridad. Sin embargo, según las conclusiones del reciente barómetro del Observatorio vasco de Inmigración -Ikuspegi-, la sociedad vasca percibe que la inmigración es un factor positivo para la economía y el mercado laboral puesto que niveles grandes de inmigración siempre son vitales para el crecimiento de la economía. Los estereotipos afortunadamente van diluyéndose y la sociedad percibe también a los que llegan de fuera como una fuente de enriquecimiento no solo social sino económico, más aún, cuando el fenómeno migratorio, tal y como apuntaban los responsables del Observatorio, no es percibido como algo coyuntural sino que ha venido para quedarse. Su aportación al crecimiento demográfico, menguado por la baja natalidad y el envejecimiento de la población, impulsará el económico gracias a que más población implica también más trabajadores para la producción y la puesta en marcha de empleos alentados por el emprendimiento. En definitiva, somos una sociedad históricamente de tradición emigrante e inmigrante por nuestro pasado industrial y potencialmente rica si atendemos a la aportación, que no ha de ser baladí, de los que llegan para formar parte de ella y traccionar el impulso al crecimiento económico. Un discurso necesario frente a los populismos de extrema derecha que avanzan en Europa y que extienden bajo intereses electorales la idea de que la inmigración supone un problema para las economías de los países desarrollados. Sus ventajas directas sobre la economía y el enriquecimiento social y económico en términos de empleo e ingresos a las arcas públicas, debieran estar siempre por encima mitos que es necesario desmontar basados en el desconocimiento o mensajes interesados.