Puigdemont afianza su liderazgo
La Asamblea del PDeCAT ha reforzado el control del expresident y ha evidenciado algunas tensiones internas e ideológicas pendientes respecto a la integración en la Crida Nacional
LA Asamblea del Partit Demòcrata Català (PDeCAT) celebrada este pasado fin de semana en Barcelona ha reforzado el liderazgo de Carles Puigdemont y el control del expresident sobre la formación soberanista si bien se han evidenciado las tensiones internas propias de una lucha por el poder y también de las estrategias a seguir dentro de los planteamientos ideológicos. Los últimos acontecimientos en Catalunya, con la renuncia del juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena a aceptar la extradición de Puigdemont únicamente por malversación y la retirada de la euroorden contra él, así como la presentación en vísperas de la Asamblea por parte del propio expresident de la Crida Nacional per la República como futura formación que aglutine al independentismo parecen haber fortalecido la figura política del líder catalán y haberle otorgado la fuerza para marcar las líneas estratégicas y tomar el mando del partido. La retirada de la candidatura de la hasta ahora coordinadora del PDeCAT Marta Pascal ya durante la Asamblea ante la evidencia de que, en sus propias palabras, “no contaba con la confianza de Puigdemont” abundan en la tesis de que el expresident ha jugado fuerte -se habló incluso de que abandonaría el partido si Pascal era la presidenta- para mantener el control de la formación. El hecho, sin embargo, de que la nueva Ejecutiva que estará presidida por David Bonheví -hasta ahora número dos- y que carece de personas referenciales obtuviera solo el 65,27% frente a la lista alternativa presentada a última hora a modo prácticamente de protesta simbólica y que logró el 29% de los votos indica cierto malestar entre las bases al menos sobre el modo en que se han hecho las cosas. Por otra parte, el debate sobre la propuesta de que había que implementar la república catalana “de manera inmediata” o “lo antes posible” dibujó un virtual empate técnico que se resolvió en favor de la segunda fórmula por un puñado de votos (415 frente a 406). Asimismo, queda por resolver el modo en el que el PDeCAT vaya a integrarse en la Crida que impulsa Puigdemont, con el riesgo de que el partido sucesor de la histórica Convergència quede diluido. Es la cuestión clave que la formación debe dilucidar en los próximos tiempos para impulsar el objetivo fundamental que se ha trazado, y que no es otro que la república catalana.