Sin duda alguna, este 8 de marzo de 2018 pasará a los libros de historia. Nuestras futuras generaciones leerán cómo sus madres, hermanas o quizas también sus abuelas y todos los que quisieron acompañarlas, salieron a la calle en forma de más de 5 millones para “gritar” bien alto, que hasta aquí hemos llegado en esta sociedad que presume de ser igualitaria, pero que está muy lejos (a pesar de los grandes logros conseguidos) de una igualdad plena. Que estamos ya hartas de una brecha salarial, que sigue sin corregirse. De actitudes y acosos machistas en muchos de los ámbitos laborales, que si te atreves a levantar o denunciar eres tu la despedida. De una violencia de género que no se acaba de atajar y solucionar. De unas leyes de igualdad a las que no se les da, la dotación necesaria y adecuada (con una falta de voluntad, política insostenible). Queremos pues que este día pase realmente a la historia, como otros tantos “hitos” que conseguimos las mujeres, como por ejemplo, en las luchas por el voto que tanto costó conseguir y que mujeres con coraje se pelearon no sin grandes sacrificios. Hagamos de este día y los sucesivos, algo de lo que nos sintamos realmente orgullosas, y aunque el camino sea largo y con obstáculos, no desesperemos en nuestro triunfo total. Y que a nadie se le olvide que si paramos nosotras, el mundo se para.
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