Berrogei urte pausoz pauso gure bidean
aRALAR 1977-Foronda 2017. Hace ya 40 años, haciendo camino al andar y recién legalizado tras las primeras elecciones generales de España de 1977 una vez muerto el dictador Franco, el PNV, por iniciativa de un joven Iñaki Anasagasti, presidente de EGI en aquel entonces, quien tomó como modelo la fiesta del partido que Acción Democrática y COPEI venían realizando en Venezuela, decidió organizar una jornada festiva coincidiendo con el patrón del partido en las campas de San Miguel de Aralar, Navarra, para congregar en ella a sus simpatizantes y afiliados. El encuentro político-familiar resultó ser un éxito y congregó a más de 80.000 personas. Visto el éxito obtenido, tanto los organizadores como la ejecutiva del partido tomaron la decisión de hacerla anual. Hasta hoy. Cuánto ha llovido estos años. Cuánto camino recorrido, cuánto se ha andado en la construcción nacional de Euskadi. Hoy Euskadi es más Euskadi que hace 40 años. Más nación autogobernada. Más patria vasca. Más Estado vasco que nunca. 40 urte pausoz pauso gure bidean.
Es buena ocasión para hacer un alto en el camino y reflexionar sobre el autogobierno y el futuro. Hablo de un autogobierno que dé estabilidad y conlleve paralelamente acuerdos políticos amplios que permitan centrar el debate político en materias vitales para el futuro de la siguiente generación de los vascos. Un acuerdo que defina un modelo de convivencia, un marco de relaciones con el Estado en el que haya una bilateralidad efectiva, garantías y condiciones de lealtad. El pacto y la no imposición es el procedimiento de las sociedades avanzadas. Se trataría de alcanzar un acuerdo que permitiera potencialidades reales de modificación siempre que existieran mayorías para ello desde el respeto a la voluntad de la sociedad vasca y a su pluralidad. Respetar la voluntad de los vascos incluye el respeto y la toma en consideración a los diferentes sentimientos identitarios, tratando de integrarlos en un esquema de pacto y compromiso. Una solución que, en términos políticos de integración, debería estar basada en un doble compromiso. A saber, amplio acuerdo sobre el mismo en Euskadi y aprobación política en los términos aquí acordados en las Cortes Generales. Un compromiso de acuerdo en Euskadi que igualara en adhesión a los actualmente vigentes, defendido en su tramitación institucional y refrendada por la ciudadanía vasca.
Hablo de garantizar la aceptación en clave de integración política de la voluntad de la sociedad vasca y su reconocimiento jurídico y político en el ámbito estatal. Creo que debemos seguir manteniendo nuestra voluntad de pacto y de acuerdo porque no entendemos que el autogobierno pueda basarse en otro principio distinto de la libre disposición sobre nuestro futuro colectivo y la voluntad de pacto en el seno de la sociedad vasca y con el Estado. Hablo de seguir considerando el pacto y la no-imposición como el procedimiento cara al futuro como reglas de juego. El futuro pasa por un nuevo acuerdo entre vascos, una nueva etapa que suponga un mayor reconocimiento de Euskadi como nación política, un nuevo avance en el reconocimiento de la existencia del Pueblo Vasco, su derecho a ser y decidir, un salto en el ámbito de las competencias jurídico-político-legislativos correspondientes al Gobierno y al Parlamento vascos. Una relación que respetaría nuestra idiosincrasia e identidad, que permitiría que nuestra libre voluntad tuviera mecanismos para ser respetada, que integrara sensibilidades, que articulara la relación dentro de un Estado plurinacional a través del pacto y del acuerdo, que evitara la unilateralidad. Un modelo de doble llave que obligara a pactar.
Un autogobierno capaz de desarrollar la identidad vasca en el mundo abierto que se va conformando, un concierto económico blindado, una apuesta por la capacidad competencial en las materias económicas, medioambientales y formativas necesarias para desarrollar un entorno competitivo y sostenible en un mundo abierto, una política fiscal solidaria necesaria para mantener ámbitos de solidaridad en un entorno amplio de competencia global. Una política de cooperación transfronteriza multisectorial que conformaría una muy amplia Eurorregión Aquitania-Euskadi-Navarra. Un autogobierno con capacidad de decisión, compromiso con el pacto, corresponsabilidad, participación en todos los niveles de decisión y apertura al exterior. Época de oportunidades aprovechadas desde el liderazgo político y la estabilidad institucional haciendo de la sociedad vasca un referente líder en creatividad, innovación, en desarrollar las universidades como polos de talento y de tolerancia. Líder en definir la educación integral de las personas como la máxima prioridad de la construcción nacional, líder en hacer del conjunto de Euskadi un modelo urbano competitivo y líder también en basar nuestro bienestar futuro y modelo social en una comunidad integrada con una identidad propia y definida que apuesta por sus personas. Una sociedad normalizada lingüísticamente, bilingüe a todos los efectos, en la que el euskara y el castellano compartan escenario, realidad y eficacia comunicativa en espacios compartidos.
Hablo de incorporar identidad a las realidades actuales, de implicarnos en construir una sociedad vasca innovadora capaz de adelantarse a los cambios, basada en personas conocedoras de la importancia del trabajo bien hecho, con sentido de lo que nos es propio, con sentimiento de pertenencia a una comunidad que se implica en la solidaridad y que comparte un proyecto a largo plazo. Una Euskadi cohesionada cuyo proyecto compartamos gentes de diferentes sensibilidades, abierta al mundo y a la diferencia creativa, capaz de atraer personas que quieran desarrollarse vitalmente entre nosotros. Una Euskadi que sea capaz de repartir justamente su riqueza entre los de aquí y los que vengan de otros lugares. Una Euskadi abierta y solidaria. Está en nuestras manos. Estoy en total sintonía con el catedrático de Derecho Internacional Privado de la UPV/EHU Juan José Álvarez, cuando afirma que “el gran reto radica en cómo poder ensanchar el ámbito de adhesión ciudadana aglutinando un discurso integrador que ponga en valor un compromiso cívico con Euskadi anclado en la idea de la cohesión social y en la importancia del trabajo bien hecho; tenemos que ser capaces de contribuir con humildad a la renovación del nacionalismo definido como no excluyente ni clasista, apegado a la realidad sobre la que debe proyectar su política día a día y que permita generar mediante el pacto cómplice con la ciudadanía un impulso social de regeneración democrática”. Sea.
Este 40 Alderdi Eguna 2017 -40 urte pauso gure bidean-, como los anteriores y futuros, nos compromete a seguir incansables en la brecha de la construcción nacional y social de Euskadi, nación vasca. Termino con un emocionado recuerdo a nuestros mayores que en épocas especialmente complicadas, duras y vitalmente difíciles apostaron inequívocamente por EAJ-/PNV, la libertad, la democracia y el autogobierno de Euskadi. Un recuerdo emocionado a aquellos jóvenes gudaris que enrolados en los Batallones de EAJ/PNV dejaron su joven vida en la lucha contra el fascismo y en defensa de la legalidad, un recuerdo emocionado, sí, a los que posteriormente, resistiendo a la dictadura, nos legaron el testigo del autogobierno y de un futuro vasco en libertad, compartido y mejor. Bajo la alargada sombra de Sabino Arana, fundador de EAJ/PNV y del primer lehendakari del primer Gobierno vasco, José Antonio Agirre, y ante la atenta mirada del actual lehendakari, Iñigo Urkullu, y del presidente del EBB, Andoni Ortuzar: Gora EAJ/PNV! Gora Euskadi Askatuta!