Interior ningunea el trabajo de una ONG
El Ministro del Interior, fiel a su costumbre de meter la pata y ocultar los “marrones” en su propio corral, se ha tomado la licencia de llamar la atención a una ONG, cuya misión es salvar vidas de emigrantes que naufragan en el Mar Mediterráneo Le acusa de alentar a los náufragos a que se embarquen en pateras para arribar a Europa. Ante tal injusta acusación, Zoilo ha tenido que rectificar públicamente, argumentando con la siempre original disculpa de “sacar la frase del contexto”. La protesta de estos heroicos y anónimos miembros de esa organización humanitaria fue inmediata y plena de sentido común, aunque algunos echaran de menos que los dirigentes de la ONG ofendida no lo hicieran con mayor contundencia y sirviera para poner en su sitio al ministro “metepatas”. Aunque es preferible dejar como están las cosas, pues las imágenes cotidianas y patéticas de débiles balsas atestadas de gente, especialmente mujeres eembarazadas, ancianos, y en varios casos de niños ahogados en las arenas de las playas, son suficientemente elocuentes como para evidenciar la calaña del ministro. Mientras, los insensibles tecnócratas de Bruselas miran para otro lado cuando se publica la cotidiana noticia de la barcaza que naufraga y los miembros de las ONG que se ocupan de su milagrosa y desesperada tarea. Esos altos y fríos ejecutivos de la UE quizá estén disfrutando lujosas vacaciones no lejos de la zona en la que las ONG van recogiendo cadáveres de seres humanos. ¿Aceptará Zoilo la invitación de los miembros de la ONG a la que él acusaba para que se embarque en una de sus lanchas de rescate para que compruebe en vivo y en directo cómo asumen riesgos para realizar sus arriesgadas operaciones de salvamento? Seguramente que no, pues tiene que preparar la compleja estrategia del desembarco de la guardia civil para detener a todos los separatistas catalanes.