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La intención del requerimiento

No es descabellado pensar que el diseño de la diligencia judicial y la presencia de la Guardia Civil en Generalitat y Parlament poseen un propósito añadido al de la investigación de un presunto delito

LA presencia de agentes de la Guardia Civil en el Palau de la Generalitat, el Parlament, la consellería de Justicia y el Centro de Telecomunicaciones de la Generalitat (CTTI) con un requerimiento judicial sobre el registro de visitas de quien fuera conseller de Justicia, Germà Gordó, dentro del denominado caso del 3%, llama la atención tanto por el conocimiento y despliegue mediático de que se ha acompañado como por la oportunidad del mismo en pleno agudo debate político respecto a la convocatoria del referéndum del próximo 1 de octubre en Catalunya. Sin intención de cuestionar la más que evidente necesidad de investigar todos los casos de presunta corrupción en la administración pública y en el desempeño de las labores de representación política, que se han demostrado profusos y extendidos en el tiempo y el espacio en el Estado español, sí cabe sin embargo preguntarse por el procedimiento empleado en esta ocasión, coincidente por cierto con la emisión en Catalunya y en Euskadi -no así en el Estado- de un polémico reportaje televisivo sobre las actuaciones del Ministerio de Interior español que incluía claras referencias a procedimientos ciertamente ilegítimos contra políticos catalanes implicados en el procés soberanista. Que el requerimiento judicial, firmado por el magistrado Carlos Ramos, quien formase parte del tribunal que condenó a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau por desobedecer al Tribunal Constitucional en la convocatoria del 9-N, fuese trasladado de ese modo, con la personación -filtrada a los medios- de agentes de la Guardia Civil en las sedes del Parlament y la Generalitat parece carente de toda mesura, cuando esta es parte esencial de las decisiones judiciales, ya que existen cauces mucho menos aparatosos que, en todo caso, hubiesen obtenido idéntica respuesta; y se antoja todo menos ajeno al actual clima político de incomprensión y enfrentamiento entre las instituciones catalanas y el Gobierno de Mariano Rajoy, quien precisamente ayer visitaba Catalunya para un acto tan relevante como la inauguración de un Parador Nacional. Así pues, no parece descabellado pensar que el diseño y la traslación a la práctica de la diligencia judicial no han estado exentos de una intencionalidad distinta, o cuando menos añadida, a la del esclarecimiento de un presunto delito; con la contaminación de los fundamentos de la Justicia que implica.