POR lo menos en lo que a mi respecta, el colegio ha terminado y ya tenemos vacaciones escolares. No voy a volver a contar lo interesantes y útiles que me parecen las colonias o campamentos de verano que no tienen relación con el fútbol, el baloncesto, la natación o el deporte en general. Creo que ha llegado la hora de valorar alternativas como el arte, la tecnología, la programación o la robótica. Pero seguramente ya has aparcado a tus hijos para el mes de julio en algún campamento y desde aquí lo que quiero es animarte a meter la tecnología en las otras vacaciones. Seguro que has pensado en el señor Rubio y sus cuadernos de Matemáticas, Caligrafía y Escritura. O quizás has pasado por la librería y has comprado el de Vacaciones Santillana o su alternativa editorial, y vas a dedicar una hora al día a que los peques de la casa aprovechen el tiempo libre. Lo que te voy a proponer es una alternativa, que les haga practicar matemáticas, inglés, lectura, lógica y todo eso de lo que las nuevas generaciones están tan escasos.
Los pequeños son consumidores de tecnología, son meros usuarios. Por qué no aprovechamos el verano para que aprendan unas nociones de programación. Por qué en lugar de regalar una pistola de agua con multichorros y caudal variable, no invertimos en un kit de robótica que les permita a la vez que aprenden, una nueva forma de jugar y desarrollar su imaginación. En esta dirección de Internet studio.code.org/courses hay cursos para aprender los fundamentos de la programación desde los 4 a los 18 años. Pero esto es solo el principio, si investigas un poco más tienes muchos recursos para aprender jugando. Quizás me hayas oído mencionar alguna vez el lenguaje de programación visual desarrollado por el MIT, Scratch. También es una buena alternativa y ayuda al desarrollo del pensamiento lógico, fomenta la creatividad, mejora la habilidad de comprensión de los niños, facilita el pensamiento sistémico y, a la larga, mejora el rendimiento escolar. Pero todo esto son actividades de verano para hacer en familia. No todo tiene que ser sol y playa. Seguro que hay días de lluvia o porque no sacar una hora para aprender toda la familia a disfrutar de la tecnología. No digas que no es lo tuyo si todavía no lo has probado.
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