Desde la realidad
Ante la convocatoria de huelga hoy en la enseñanza pública vasca no se puede separar la base legal o la conveniencia de las reivindicaciones de la oportunidad, los modos y la urgencia con que estas se realizan
ANTE la convocatoria de huelga para hoy -y el próximo martes 23- en la enseñanza pública vasca no universitaria por los sindicatos ELA, LAB, Steilas y CCOO, con el apoyo de la asociación de padres Ehige, y su afección a alrededor de 250.000 alumnos en plena recta final del curso 2016-2017 es preciso analizar con detenimiento no solo el alcance y la realidad de las reivindicaciones sindicales sino también la oportunidad y los modos en que se realizan. Por ejemplo, es indudable que la pretensión esgrimida por las centrales de impulsar la calidad de la enseñanza así como su deseo de incrementar la participación del profesorado en la configuración del sistema educativo son planteamientos difícilmente criticables en cuanto a su literalidad. Y desde ellos es comprensible el cuestionamiento de las consecuencias que la reforma educativa planteada (Lomce) desde el Gobierno español, aun si no se lleva a cabo en la integridad de su formato original, impone al sistema educativo vasco a pesar de que la enseñanza, “en toda su extensión” es, en virtud del artículo 16 del Estatuto de Gernika, competencia del Gobierno vasco. Ahora bien, no es menos cierto que la combinación de esos criterios con otras reivindicaciones de carácter laboral confunde y en cierto modo contribuye a deslegitimarlos. Y no porque la pretensión de un aumento de plantilla en dos mil personas pueda ser descabellado o porque la reducción de la alta temporalidad o incluso del número de alumnos por clase no sea deseable, sino porque siendo todas ellas medidas que en principio podrían llegar a contribuir a la mejora de la enseñanza no lo harían si no contemplan la realidad de las posibilidades de la educación pública vasca y confunden conveniencia con urgencia a la hora de responder a determinadas necesidades. Por tanto, convendría recordar al respecto la OPE de 740 plazas puesta en marcha este año por el Gobierno vasco; o el condicionante de las tasas de reposición impuestas desde Madrid; o que el ratio de alumnos está por debajo del máximo de 25 por aula en ESO y 30 en Bachillerato que marca el decreto 185/2010 del acuerdo regulador de las condiciones del personal docente no universitario en Euskadi. Y, por supuesto, plantearse la afección que dos jornadas de huelga en la segunda quincena de mayo pueden tener en la respuesta del objetivo último de todo sistema educativo: el alumnado.