Ya he hablado del inmovilismo del PP y más concretamente, del de Mariano Rajoy. Pues eso ha ocurrido desde el pasado diciembre. Rajoy ha estado como... desaparecido, sin mantener contactos, sin intentar formar gobierno desde entonces. Es como aquel que se sentó en la puerta de su casa a esperar que pasara el cadáver de su enemigo. Y tristemente, le ha dado resultado, pues el PSOE anda como anda; Podemos, con guerras internas, y el PP, con presuntos corruptos en sus filas e incluso el mismo partido como “investigado”. Tanto al PSOE como a Podemos, les pasan factura sus problemas internos, pero no la corruptela al PP. ¿Cómo se puede ser presuntamente corrupto y conseguir que no te afecte en las urnas?, ¿cómo a unos partidos con problemas internos les puede pasar factura esos problemas? Al final, los problemas internos, son de uno mismo, sin que afecte a la gobernabilidad de un país. Pero los problemas de corrupción..., ¡Esos sí que afectan a la honradez y a la credibilidad de las personas! ¡Y no les afecta electoralmente! ¿Estamos todos locos? También se dice que cada uno tiene lo que se merece, ¿pero es cierto que los no votantes del PP, tienen que pagar las consecuencias de los más inconscientes? ¡Al parecer, sí! ¡Así va el país! ¡Esto es de locos!